Algunos testimonios…
Llevamos una voz de aliento, la voz de Dios y la Evangelización a estos hermanos privados de libertad.
María. Zaragoza, España
El gran reto es seguir proclamando la Buena Nueva tanto a los privados de libertad y familiares como a los funcionarios de las instituciones del Mundo Penitenciario. Para los primeros es un anuncio de perdón, de misericordia, de nueva oportunidad, de liberación del pecado y las condiciones inhumanas; para los segundos es una exigencia de rectitud y de respeto a la vida, la dignidad y los derechos humanos de quienes están bajo su autoridad. Para todos es una siembra de valores humanos y cristianos para revivir la vocación a la convivencia, la paz, la reconciliación y la solidaridad.
Padre Ponc Capell. Venezuela