Música que cruza barreras
“La música es el único transporte que, sin viajar, te traslada a donde tú quieras”. Con esta cita de la poetisa Gloria Ortíz se podría resumir lo que se vivió el pasado 9 de mayo en el Centro Penitenciario de Zuera. Una tarde de primavera en la que se fusionó el jazz del Conservatorio Superior de Música de Aragón y el taller y coro del Centro para deleitar a los internos en un ambiente muy diferente al que están acostumbrados.
Solo con ver el escenario del concierto minutos antes se preveía que algo especial iba a suceder. Pasadas las 17h se empezó a llenar la sala con internos de los diferentes módulos, a los que se veía expectantes, y poco después comenzó a sonar la música. La función se dividió en varios actos. En el primero, los miembros del Conservatorio interpretaron un repertorio inspirado en temas clásicos del jazz como “Satín Doll” de D. Ellington o “Spain” de C. Corea. Poco a poco, entre acorde y acorde, el clima de primeras incierto se fue tornando en acogedor y con abrumadoras ovaciones por parte de los asistentes.
Con cara de asombro se quedaron los espectadores con la interpretación por parte de una de las hermanas Choi, organizadoras del evento, transportando con su danza ritual del abanico a la cultura coreana. Los 30 participantes del taller de canto y del coro del centro, llamados “Zufarienses por accidente” fueron los siguientes en participar, llenando el escenario para cantar varios de sus temas. Sorprendió y emocionó el Ave María personalizado, y también la famosa canción de Diego Torres “Color Esperanza”, en la cual los internos entre las butacas se sumaron con ilusión.
Como colofón final se fusionaron Conservatorio, taller y coro, interpretando lo que es el himno de todos los que acudieron al concierto: RESISTIRÉ. Resultó emotivo escuchar como todo el teatro cantaba al unísono este tema del Dúo Dinámico, generando lágrimas entre algunos de los presentes.
En estos últimos días, el Papa Francisco ha visitado la cárcel de Montorio, en Verona, y ha recordado que “todos tenemos derecho a la esperanza, más allá de cada historia y de cada error o fracaso”. La Pastoral Penitenciaria de Zaragoza ha coordinado este evento que tanta aceptación ha tenido entre los internos.
Javier Muñoz
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